¿Es peor que te golpeen con un guante o sin él? Puede que la pregunta te resulte muy simple o incluso estúpida. ¡Si los guantes se emplean en competiciones y para entrenar será para evitar daños! La realidad no es tan simple. Aunque pueda sorprenderte, los guantes están diseñados para evitar ciertos daños, pero también contribuyen a causar otros.
Leyendo este artículo podrás hacerte una idea más detallada de los efectos que tiene usar guantes en deportes de contacto y artes marciales, tanto si golpeas, como si eres golpeado. Lo que aprendas aquí lo puedes aplicar fácilmente a otras protecciones que están destinadas a cubrir zonas con las que se golpea cómo las espinilleras.
Golpear con un guante frente a golpear con el puño desnudo
Lo primero que debes tener en cuenta es que aunque seas tú el que inicia la acción y por tanto el que está golpeando, al final lo que se produce es un choque entre dos cuerpos. Tanto tu mano cómo lo que golpeas sufrirán los efectos del choque y si no se ejecuta el golpe correctamente, tu mano puede salir bastante peor parada que aquello a lo que ha golpeado.
La mano está compuesta por 27 huesos, algunos de ellos especialmente expuestos ante ciertos golpes, cuando un puñetazo impacta es fundamental mantener la contracción y postura adecuada para evitar autolesionarse. Los estudios arqueológicos muestran como los primeros guantes de boxeo de nuestra historia (entendiéndose como tales aquellos que se usaban para competición y no en un contexto bélico) estaban más orientados proteger la mano del que golpeaba que el cuerpo del que recibía el impacto.
La función protectora de estos primitivos guantes de boxeo era muy similar a la de las vendas empleadas hoy en día: reforzar estructuralmente la mano y la muñeca para evitar lesiones y garantizar impactar con una estructura lo más compacta posible. Algunos modelos mezclaban tiras de cuero (o cuerdas) con ciertos forros e incluso incorporaban elementos como fragmentos metálicos, claramente destinados a hacer mella en el oponente. Este tipo de protecciones claramente lo eran solo para el que las portaba, para su rival suponía enfrentarse a auténticas armas.
Los guantes modernos sí disponen de un acolchado que protege al que recibe el impacto, pero su aportación en lo que respecta al refuerzo estructural de la mano es escasa. Por eso y por su función como elemento de higiene, las vendas siempre deben portarse bajo los guantes de boxeo. Golpear con vendas y guantes permite hacerlo de forma mucho más segura para nuestras manos, lo cual puede llevar al problema de despreocuparse demasiado y no tener la mano preparada para golpear cuando está se encuentra desnuda
El acolchado de los guantes de boxeo suma peso a las manos. Este peso afecta a la cantidad de movimiento y energía cinética del golpe. Para el que recibe el golpe, esta diferencia no es demasiado notable, pero para el que porta los guantes sí lo es. Pensemos que el peso medio para la mano de una mujer adulta se sitúa entorno al medio kilo, esto es prácticamente lo mismo que pesa un guante de 16 onzas.
Incluso si comparamos con unas manos muy grandes de 800 gramos (la media del hombre adulto es de unos 650 gramos), a las que colocamos unos guantes de 10 onzas (más de 280 gramos), la masa que se añade sigue siendo importante: más de un 35% del peso de la mano. Además, es una masa que se añade al final de la extremidad. Inevitablemente, serás más lento golpeando con guantes que sin ellos y requiere que aprendas a lidiar con su peso y con todo lo derivado del aumento de masa en tus manos, incluyendo la inercia.
Por otro lado, un guante hace tu mano considerablemente más grande, facilitándote golpear con prácticamente cualquier zona sin riesgo a lesionarte de forma eficaz. El tamaño y protección de los guantes también permite que sean empleados para encajar los golpes del contrario, lo cual influye directamente en aspectos técnicos como la guardia.
Ser golpeado por un guante frente a ser golpeado a nudillo desnudo
Los guantes y especialmente los más grandes como los que se emplean en boxeo, muay thai o sanda, contienen una importante cantidad de relleno bajo una superficie lisa, que sirve también de protección para el cuerpo que recibe su impacto. Esta protección que ofrecen los guantes se basa en dos principios: el aumento de la superficie de impacto y la deformación de su material de relleno para absorber la energía cinética del golpe.
El relleno con el que se fabrican los guantes está destinado a absorber el impacto deformándose ellos para evitar que lo que se deforme sea el cuerpo al que golpean. Como explico en el artículo “Por qué debes entrenar artes marciales con protecciones: cómo y de qué te protegen”, el relleno ayuda a soportar los efectos que la energía cinética causa al producirse un choque. La energía cinética del choque deforma el material de relleno del guante, aliviando la deformación que sufre el cuerpo contra el que impactan.
La superficie con la que impacta un guante es lisa y mucho mayor a la de los nudillos de una mano. El aumento de la superficie de impacto proporcionada por un guante de boxeo supone una importante diferencia en cuanto a la presión que soporta la zona impactada. Además, al impactar, el relleno del guante se deforma amoldándose a la zona del cuerpo impactada, distribuyendo aún más la energía del golpe. De esta forma el guante evita la aparición de fracturas y cortes.
Lo que no evita el guante son los efectos de la cantidad de movimiento, siendo especialmente perjudiciales los golpes que transfieren este movimiento a la cabeza y terminan afectando al cerebro que se encuentra flotando en nuestro cráneo. Y no es solo que los guantes no eviten este tipo de daños, sino que llegan a facilitarlos.
Si eres golpeado en el pómulo por un puño a mano desnuda, estás expuesto a sufrir una fractura, cortes en la piel e incluso que uno de tus dientes salga volando: la superficie de contacto es pequeña y no tienes nada que alivie la energía cinética. Algo realmente desagradable, que tienes muchas menos probabilidades de sufrir si te han pegado con un guante, pero te expones más a otro tipo de daños.
Si ese impacto hubiera sido con un guante la superficie de contacto inicial hubiera sido mayor y hubiera aumentado más aún al deformarse y amoldarse a tu cara. Esto prolongaría el tiempo de contacto y facilitaría la transferencia de movimiento, para que tu cabeza de un buen viaje y que tu cerebro se desplace, gire y se de unos buenos golpes contra el cráneo.
La consecuencia más inmediata sería un bonito K.O., ya que tu cerebro optaría por desconectar ante tales circunstancias. Podría sumarse un esguince de cuello y las consecuencias de la caída contra la superficie que corresponda. A largo plazo, las lesiones cerebrales de este tipo de impactos pueden ser terribles y no hace falta que llegues al K.O. para que se produzcan. Considera también que al ser el volumen del guante ampliamente más grande que el del puño desnudo, es más fácil que te contacte repetidas veces.
Este tipo de lesiones son propias también de otros deportes como el fútbol americano, donde se han realizado importantes investigaciones al respecto. ¡Ojo! No digo que este tipo de lesiones no puedan producirse a puño descubierto, claro que lo hacen, pero pelear con guantes no solo no las previene, sino que las facilita.
Conclusión: Los guantes no son la panacea y tienen sus propios riesgos
Es importante entender las ventajas e inconvenientes que tiene el uso de los guantes y sobre todo ser conscientes de que estos no evitan todos los daños ¡es más, hay un tipo de daños que potencian! En el artículo he hablado de las razones físicas, pero existe un factor psicológico que está íntimamente relacionado con “ser conscientes” y que hace que emplear guantes resulte más peligroso: la ausencia de miedo a sufrir o causar daño.
El que golpea lo hace sin miedo a dañar su mano e incluso puede pensar que no va a ser capaz de causar daños de relevancia a su oponente. Este segundo punto, evidentemente no ocurre con boxeadores experimentados en haber sido golpeados por guantes, pero no es extraño en aquellos que se ponen guantes por primera vez, independientemente de su nivel marcial.
La “Bare Knuckle Fighting Championship (BKFC)” logró que en 2018 se recuperara por primera vez desde 1889, la competición de boxeo a puño descubierto en Estados Unidos. No voy dar mi opinión sobre la existencia de este tipo de peleas, ni voy a incluir un vídeo porque esta web es para todos los públicos. Si hacéis una búsqueda rápida en internet podréis observar claramente que las diferencias técnicas y el tipo de lesiones producidas están en línea con lo que relato en este artículo.
Fijaos además que a pesar de que las peleas son a nudillo descubierto, la muñeca sigue contando con un importante vendaje. Si practicas un deporte de combate que hace uso permanente de guantes y vendas, te recomiendo que también practiques sin estas protecciones. Te vendrá bien para fortalecer y por si alguna vez tienes que emplear tus puños desnudos fuera de un recinto de competición.
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