Su utilidad está científicamente demostrada y no solo para las artes marciales, también en otros deportes y en circunstancias mucho más cotidianas. Por ejemplo, el uso de los gritos ha sido ampliamente estudiado en los golpes de tenis, abordando no solo la generación de fuerza sino también los efectos que el sonido del grito puede causar en el oponente.
Gritar, gruñir o bufar es algo que surge de manera natural en el ser humano cuando tiene que hacer un sobreesfuerzo, desde levantar una carga pesada hasta empujar (durante la fase del expulsivo) en un parto. Los artistas marciales se dieron cuenta de esto y lo incorporaron en su práctica con el fin de mejorar la efectividad de sus técnicas.
En lo que respecta a las artes marciales, la referencia más conocida de esta práctica es el kiai, empleado en las artes marciales japonesas. El término kiai se compone de “ki” (気) que podría traducirse como “energía” o "espíritu" y “ai” (合) unión. De esta forma el kiai puede concebirse como la unión de toda tu energía para realizar una acción y esta acción se libera mediante un grito.
En otras artes marciales asiáticas aparecen conceptos similares aunque no siempre relacionadas con la liberación mediante un grito, sino a la forma en la que se debe trabajar la respiración al golpear o al mismo concepto de exhalación brusca pero sin emitir ningún tipo de sonido característico. Con independencia de su procedencia, la exhalación de aire al golpear o al hacer un especial esfuerzo con otro tipo de técnica, es algo característico de cualquier arte marcial o deporte de combate.
¿Cómo hacer kiai? Explicación filosófica / espiritual
La explicación tradicional indica que el kiai debe salir de dentro del cuerpo. Concretamente el kiai debe salir del hara, la zona abdominal. El hara es considerado como el centro vital de la persona por varias prácticas orientales que creen en la existencia de puntos energéticos en el cuerpo humano. En la zona del hara, concretamente a unos dos dedos por debajo del ombligo se situaría un punto conocido como Kikai que coincide con el Swadhisthana de la tradición india o el Xià Dāntián de la tradición china.
Es en este punto donde consideran estas tradiciones consideran que se almacena la energía (ki / chi) fluyendo hacia el resto del cuerpo y el lugar donde la fuerza física y la espiritual se unen. Siguiendo este razonamiento, cualquier movimiento de un artista marcial debería partir del hara para ser óptimo y en el plano mental resulta fundamental para la confianza, la voluntad y la valentía. Por eso afirman que el kiai además de para golpear puede usarse para ganar confianza o intimidar al oponente.
Así, para hacer un buen kiai se debe respirar desde el hara, notando como la “energía” se mueve en entorno al kikai (bajo vientre) y se libera desde aquí para emitir el grito, nunca de la garganta. En la inspiración debes notar como el aire llega hasta la zona del hara, percibiendo la presión en la zona abdominal y al exhalar debes hacerlo igualmente desde este punto, gritando y tensionando tu cuerpo en el momento del impacto.
La explicación que muchos artistas marciales siguen dando a este fenómeno es filosófica y no científica, aunque desde la ciencia ya se pueden demostrar perfectamente que emplear técnicas como el kiai para golpear es beneficioso. Las artes marciales tradicionales suelen otorgar a estos gritos para golpear un significado espiritual que va más allá de lo biomecánico. En algunos casos se les llegan a atribuir propiedades místicas y sobrenaturales.
Este tipo de circunstancias son muy comunes en las artes marciales orientales. Los maestros comprueban que algo funciona en base a la observación y repetición, hasta asegurarse completamente de que están en lo cierto. Sin embargo, una vez realizada esta comprobación empírica, la explicación de porqué sucede el hecho suele ser entre filosófica y mística, en lugar de científica.
Puedes pensar “¿Qué más da la explicación? Al final lo importante es que funciona”. Si no entiendes realmente porqué funciona algo, puedes acabar llegando a conclusiones bastante absurdas, partiendo de algo que efectivamente era cierto.
No entraré en la discusión sobre la existencia de algo más místico y espiritual en esta práctica, lo que sí puedo asegurar es que hay una explicación científica sobre la eficacia del kiai y eso es de lo que trata este artículo. Si hay algo más, bienvenido sea, pero si eres de esas personas a las que no les gusta cultivar la parte espiritual, que sepas que hay un motivo científico para acompañar a tus golpes con un grito.
¿Por qué funciona el kiai? Explicación científica
Los efectos del kiai están relacionados con la respiración. Una correcta respiración es fundamental para la actividad física ¡y para la vida en general! Una buena oxigenación permitirá incrementar la producción de energía, mientras que una respiración incorrecta lleva al ahogo por aumentos en la concentración de dióxido de carbono. Pero más allá de los efectos químicos del proceso de respiración, al llenar nuestros pulmones de aire ocurren cosas a nivel físico que son las que guardan relación directa con el kiai.
Al introducir aire en nuestro cuerpo, los gases se expanden y hacen que el interior de nuestro cuerpo se desplace para hacer sitio. Si en lugar de respirar llenando la zona pectoral de aire (empleando músculos del pecho, cuello y hombros) lo haces con el diafragma lograrás aumentar el volumen de aire inhalado y obligarás a trabajar a todos los músculos que rodean tu abdomen.
El diafragma es un músculo ubicado debajo de los pulmones que separa el pecho del abdomen. Cuando se respira con el diafragma, se percibe como es el estómago el que se desplaza en lugar del pecho. Al realizar esta respiración notarás esa presión, esa “energía” en el hara que explicaba antes: los músculos de esa zona de tu cuerpo se han activado y están invirtiendo energía en contener todo ese aire.
El diafragma trabaja empujando el aire hacia la pared abdominal, llenándola hasta que se encuentra con el suelo pélvico que tiene que hacer de tope. La pared abdominal realiza un trabajo excéntrico para contener el aire, activando a su vez los músculos de la parte posterior de la espalda.
¿Sirve gritar para golpear más fuerte?
El empleo de gritos para mejorar la fuerza de golpeo ha sido ampliamente estudiado en el mundo del tenis y también nos podemos encontrar con estudios en el ámbito de las artes marciales. Todos ellos muestran claros aumentos de fuerza cuando los movimientos (ya fueran golpes con las extremidades o con las raquetas) se acompañaban de un grito.
Como artistas marciales debemos saber que el grito nos ayuda a regular la respiración, mejora la estabilización de la columna y la transferencia de fuerza a las extremidades que van a golpear. Además, sincronizar los picos de presión producidos en los músculos que rodean el abdominal con el momento del impacto ayuda a tensionar el cuerpo mejorando la eficacia del golpe. De esta forma no sólo transferimos más fuerza al golpe, sino que golpeamos de forma más segura, soportando mejor el impacto.
En el momento del impacto tu cuerpo debe tensionarse para que tus músculos golpeen estando rígidos y no flácidos. De lo contario, no solo te arriesgas a que tu golpe no sea efectivo sino a sufrir una lesión, por los efectos del principio de acción-reacción. Para comprender mejor la importancia de la coordinación de la respiración y el momento del impacto te recomiendo que realices un experimento muy sencillo. Basta con lanzar tres puñetazos, ya sea al aire o a un saco.
Ahora prueba a golpear de tres formas: sin respirar, tensando mientras haces una inhalación profunda y tensando mientras haces una exhalación profunda. Seguro que notas la diferencia. Es francamente difícil tensar tu cuerpo para golpear mientras que tus pulmones tratan de expandirse para coger aire.
¿Hace falta gritar para hacer kiai? ¿Qué efectos tiene el sonido del kiai?
Kiai es solo el nombre que se da a esta técnica, no tiene que ver con el sonido que se emite. Es posible hacer kiai sin emitir sonido alguno, aunque la forma más tradicional entre las artes marciales japonesas es emplear una sola sílaba que comience en vocal. Si haces la prueba con distintas vocales comprobarás como la colocación de la voz para pronunciar las distintas vocales afecta a la salida del aire. Los familiarizados con el canto lírico conocen muy bien estos efectos.
Típicamente las artes marciales tradicionales otorgan al sonido del kiai otros 2 efectos: intimidar al oponente y otorgar valor. Dicho así puede parecer raro, pero ambos efectos son naturales y frecuentes. Los humanos y el resto de animales gritamos (o gruñimos) para amedrentar, cuando nos duele algo y cuando estamos motivados o buscamos motivación. Esto sucede en todos los rincones del mundo y no es nada místico mientras no se le atribuyan capacidades sobrenaturales.
En el ámbito del tenis se realizó un estudio que expuso como los gritos interferían con el desempeño de los jugadores, concluyendo que la creación de sonidos tan fuertes afectaban al lóbulo parietal de los jugadores, el área del cerebro responsable de la atención, provocando respuestas más lentas y menos precisas. Además, diversos estudios en el ámbito deportivo han demostrado la existencia de beneficios psicológicos que se suman a las ventajas fisiológicas de gritar como ayuda para relajarse y liberar la tensión.
Inconvenientes del kiai o de gritar mientras se golpea.
Tener la boca abierta resulta muy peligroso durante una pelea, es justo lo contario que se debe hacer. Un impacto a la mandíbula con la boca abierta puede traer consecuencias devastadoras. Incluso si te impactan en otra zona, el riesgo de cerrar bruscamente la boca podría acarrear lesiones importantes en los dientes o la lengua. Por otro lado, el empleo del kiai como “golpe final” exhalando todo tu aire, puede dejarte en una posición bastante precaria si tu adversario logra evadir el ataque.
Otra cuestión a analizar sería la energía que se podría desperdiciar en la emisión del propio grito. Como diría el refranero español “se te va la fuerza por la boca”. El asunto también ha sido investigado en el mundo del tenis, ya que parece lógico pensar que en un deporte donde la resistencia es fundamental, estar gritando constantemente podría resultar agotador.
Un análisis realizado en 2010 concluyó que no existían diferencias significativas en la frecuencia cardiaca y el consumo de oxígeno, entre el grupo de tenistas que gritaba y el que no lo hacía. Sin embargo, la velocidad de la pelota lo era, porque los jugadores que gritaban golpeaban la pelota sobre un 4% más fuerte. Conclusión: merecía la pena gritar.
Sin embargo, si ahora mismo te pones a gritar sin ton ni son, te cansarás bastante rápido y probablemente lo notarás en tus cuerdas vocales. El kiai no es un grito a lo loco, debe estar perfectamente sincronizado con la respiración (diafragmática). Tampoco es necesario gritar con cada exhalación para golpear, ni abrir completamente la boca, pudiendo simplemente soltar el aire entre los dientes. Esto requiere entrenamiento. Personalmente, ejercitarme con bucal tratando de mantenerlo firme en mi boca, fué una práctica que me ayudo mucho.
Relación entre la explicación tradicional y la científica del kiai
Independientemente de cómo te expliquen el kiai, la realidad es que funciona, pero es enriquecedor ver los puntos de contacto de la explicación científica y la tradicional. Nótese que lo que expongo a continuación es una reflexión personal sobre las relaciones que a mí me parece encontrar.
En la explicación tradicional sobre cómo realizar el kiai se insiste en que "el grito debe salir de dentro, no de la garganta ni del pecho, sino del hara". Esto coincidiría con el uso del diafragma y la activación de los músculos de la zona del abdomen.
En cuanto a esta zona del cuerpo indica que "el hara es la zona donde la fuerza física y la espiritual se unen, donde se encuentra el punto en el que se almacena la energía (ki / chi) y desde donde fluye hacia el resto del cuerpo". Dado que el cuerpo humano necesita oxígeno para obtener energía, se podría hacer el siguiente símil: el oxígeno (energía) llega a nuestros pulmones (desplazando el estómago y notando la presión de esa energía en nuestro hara) y desde allí el oxígeno (energía) se reparte al resto del cuerpo (fluye hacia el resto del cuerpo a través de los meridianos).
La explicación tradicional también afirma que "cualquier movimiento de un artista marcial debería partir del hara para ser óptimo". Como ya vimos la respiración diafragmática activa los músculos alrededor del abdomen, formando un cinturón anatómico que rodea la columna y la estabiliza, facilitando la transferencia de fuerza y reduciendo el riesgo de lesión lumbar. En la práctica ambas explicaciones se refieren a que si no se trabaja la musculatura del core (hara) sincronizada con la respiración (unión del ki), perderemos estabilidad lo que dificultará nuestros movimientos y les restará fuerza.
No puedo evitar pensar que si quisiera expresar poéticamente los beneficios de gritar al golpear, me quedaría algo muy similar a la explicación tradicional. Las ilustraciones de este artículo son obra de Derek Marcé (Instagram: @derekmarceart, Twitter: @derekmarce)