Si limpias y cuidadas adecuadamente tus protecciones podrás disfrutarlas durante mucho más tiempo. Prestar poca atención a tus protecciones no solo significa que se vayan a romper antes o que huelan mal, puede llevarte a ti o a tus compañeros de entrenamiento a sufrir lesiones. Lesiones en el amplio sentido de la palabra.
A las lesiones físicas que podría producir el mal estado del forro, relleno o fijaciones se le suman las provocadas por falta de higiene. Una mala higiene de nuestras protecciones contribuye a la transmisión de enfermedades producidas por microorganismos cómo hongos, virus y bacterias. Una mala higiene personal va a afectar a la higiene de tus protecciones, iniciando así un bucle de insalubridad inadmisible. Aquí te dejo una receta de jabón casero ideal para despues de entrenar artes marciales, deportes de combate o lucha.
Hay circulando muchas recomendaciones y trucos caseros para la limpieza de protecciones con los que debes tener cuidado. Algunos de ellos pueden resultar útiles para limpiar, pero disminuyen la vida útil de las protecciones. Otros directamente no valen para nada e incluso pueden llegar a ser peligrosos, dado que afectan considerablemente al relleno que otorga la protección.
La mayoría de las protecciones de protecciones para artes marciales tienen unos cuidados muy similares, pero entre ellas los guantes de boxeo y otros deportes de contacto cómo muay thai, kick boxing o sanda; son los que requieren cuidados más especiales y tienen su propia sección dentro del artículo.
¿Por qué debes limpiar y cuidar tus protecciones de artes marciales y deportes de combate?
Como cualquier otro producto que adquieras, si lo cuidas te va a durar, lo cual ya es un buen motivo. Pero no se trata solo de prolongar su vida útil, se trata de salud y respeto. Tus protecciones no las usas solo tú, sino todos los compañeros con los que intercambias golpes.
La falta de higiene puede llevar a infecciones que te afecten tanto a ti como a tus compañeros de tatami, es una temeridad y una enorme falta de respeto a tus compañeros. Estudios como el de la siguiente infografía analizan la cantidad de microorganismos encontrados en equipamientos habituales de gimnasio y muestran con total claridad lo que podemos conseguir con nuestro sudor.
Los tejidos y el propio relleno de tus protecciones pueden absorber una gran cantidad de sudor y quedarse impregnados de suciedad. Un maravilloso caldo de cultivo para microorganismos. Estos microorganismos se quedarán habitando felizmente en tus protecciones gracias a las condiciones de humedad y temperatura que encuentran en las mismas.
La mala higiene de tus protecciones contribuye al mal olor y puede hacer bastante desagradable intercambiar golpes contigo, pero este mal olor es sólo la punta del iceberg. El aviso de que algo más grave se está cocinando.
Las protecciones baratas también deben lavarse y cuidarse
Quizás consideres que tus protecciones han resultado demasiado baratas, como para plantearte dedicarlas tiempo a su mantenimiento: "para lo que me han costado no me merece la pena cuidarlas". Te equivocas.
Independientemente de la calidad de la protección debes prestar atención a que esta se encuentre en buen estado para ser usada. Las protecciones más baratas se estropean con más facilidad por lo que no te puedes confiar tanto como con una protección de calidad. Además, las medidas de higiene deben ser siempre respetadas.
Por otro lado, escoger protecciones con una mínima calidad es imprescindible para poder cuidar de las mismas. Insisto, no es porque sean tan baratas que no merezca la pena hacerlo, sino porque puede que tengan defectos que directamente nos impidan cuidarlas o limpiarlas adecuadamente. Si un guante no tiene unos forros decentes que impidan que el sudor pase directamente al relleno, este será absorbido por el mismo junto a toda la suciedad. Aunque consigas que el relleno se seque, cosa bastante complicada, ya se habrá quedado impregnada de toda la porquería que arrastró tu sudor.
Si eres profesor, una de las cosas que deberías hacer en cada clase es prestar atención al estado de las protecciones de tus alumnos. Por su salud y por tu propia seguridad, ya que como profesor podrías acabar teniendo responsabilidad civil por permitir entrenar con protecciones inadecuadas. Precisamente por eso, si eres alumno, no te extrañes si tu profesor te impide dar clase por tener protecciones en mal estado. Más bien deberías agradecérselo.
Consejos generales para el cuidado de protecciones de artes marciales y deportes de combate
El primer paso para cuidar de una protección es cuidarse a uno mismo. No metas unas manos sucias dentro de unos guantes, lávatelas primero. Lo mismo para cualquier otra parte de tu cuerpo. Si cuidas tu higiene personal, estarás ayudando a cuidar cualquier protección que pongas sobre ti ¡o que te golpee!
Típicamente una protección está formada por los forros, el relleno, las costuras y los mecanismos de fijación o enganches. Si conoces los materiales de los que se compone tu protección podrás tener más claro cómo cuidarlas. Algunas protecciones emplean el mismo tipo de forro en todo el exterior de la pieza, pero lo más conveniente es que el forro de la parte que toca la piel sea de un material o confección distinta.
La humedad: el enemigo más letal para tus protecciones
La acumulación de humedad producida por el sudor es la principal causa de los problemas en las protecciones, afectando tanto a la higiene como a la degradación de los materiales. Las protecciones de calidad cuentan con tejidos y costuras que impiden que la humedad llegue al material de relleno. Esto es extremadamente importante, dado que el relleno suele estar compuesto por materiales esponjosos que absorben la humedad convirtiéndose en un entorno ideal para microorganismos.
Secar las protecciones inmediatamente después de ser empleadas evitará que se acumule la humedad. Si los entrenamientos son largos, lo más recomendable es hacerlo varias veces durante el mismo. Emplea un papel absorbente y resistente como el de cocina. Sé que la tentación de usar el papel higiénico que pone a disposición tu gimnasio es fuerte, pero este papel se desintegra con facilidad y vas a dejar restos en tus protecciones. Yo prefiero recurrir a las bayetas, hay algunas ecológicas de gran absorción que se pueden emplear multitud de veces y no estás gastando papel.
Seguramente tus protecciones viajen contigo en la misma bolsa que llevas la toalla, ropa, etc. Por mucho que limpies las protecciones después de entrenar, si luego las metes en la bolsa junto a la ropa que acabas de usar, las chanclas y la toalla mojada, te va a servir de poco. Es recomendable que emplees una bolsa transpirable y a ser posible con distintos departamentos para separar lo que está limpio de lo que no y evitar la transferencia de humedad.
Yo suelo usar otra bolsa deportiva de menor tamaño que no deja pasar la humedad, pero siempre puedes reutilizar una bolsa de plástico. Mucho cuidado con volver de entrenar, llegar a casa y olvidarte de vaciar la bolsa. Crearás un microclima perfecto para destrozar la salud de tus protecciones y la de cualquiera que las sufra.
Comprueba el estado de tus protecciones antes y después de cada entrenamiento
Solo te llevará unos segundos y te puede evitar un buen disgusto. Justo antes de entrenar y justo después, mientras secas tus protecciones te recomiendo que revises lo siguiente:
- Palpa para observar cómo está el relleno. Todo debe estar en su sitio y con el nivel de firmeza adecuado. El material debe recuperar rápidamente su forma tras hacer presión sobre el mismo.
- Los forros no deben tener áreas rotas, arrugas ni zonas que puedan producir cortes o abrasiones. Un forro roto va a facilitar la entrada de humedad y suciedad al relleno.
- Las costuras deben estar bien cerradas. Al igual que ocurre con los forros, una costura abierta facilita la entrada de humedad y suciedad. Incluso dependiendo del material de la costura y la zona en la que se haya abierto, puede producir cortes.
- Los cierres, ya sean de tipo velcro, cuerdas, mangos de sujeción (por ejemplo para paos) o cualquier otro deben encontrarse en buen estado. Evita que tus protecciones salgan volando por elásticos que se han dado de sí o que tus compañeros se corten por dar a una anilla metálica o a la cremallera que llevan ciertos golpeadores.
Cómo higienizar tus protecciones
Evitar que la humedad entre a tus protecciones secándolas, no es lo mismo que limpiarlas. Emplear desodorantes para que no huelan tampoco. Para limpiar tus protecciones debes usar un producto de limpieza.
Es cierto que con la limpieza los tejidos y materiales de tus protecciones pueden sufrir, pero esto no quiere decir que no debas limpiarlos. Además, la suciedad también contribuye activamente a la degeneración de los materiales de los que están hechos tus protecciones. Si empleas productos de limpieza específicos no agresivos con tejidos no vas a tener ningún problema, al revés, te librará de tenerlos.
Hay productos para la higiene de tejidos que se pueden usar a diario, simplemente respeta los tiempos de secado y las instrucciones de uso. Además los puedes usar para cuidar tu ropa deportiva.
Cuidados adicionales para forros: cuero animal, cueros vegetales y pieles sintéticas
El cuero de vacuno es el que tradicionalmente se ha empleado para guantes de boxeo y otras protecciones de calidad. Este tipo de piel requiere una hidratación periódica para evitar que se cuartee. Existe una gran variedad de productos para tal fin, ya que el cuero se emplea en zapatos, chaquetas y muchas otras prendas de ropa.
Los productos para calzado, tanto los higienizantes, desodorantes como las cremas hidratantes suelen ser adecuados para el cuidado de tus protecciones de artes marciales y deportes de contacto, incluidos los guantes de boxeo.
Respecto a la crema hidratante te recomiendo que emplees una espesa, en lugar de soluciones más líquidas que puedan acabar llegando a zonas donde no deberían estar. ¡No uses cremas corporales ni faciales para hidratar el cuero!
Si tus protecciones no son de cuero, estarán elaboradas por algún tipo de piel sintética o polipiel. El término “piel sintética” es demasiado generalista ya que la variedad de pieles sintéticas es muy amplia y los cuidados pueden diferir de una a otra. Lo que es seguro es que no debes emplear la misma crema que se usa para el cuero natural.
La industria de la moda avanza constantemente y cada vez son más las personas que no desean emplear productos de origen animal o que no sean sostenibles. Aunque no he tenido la fortuna de probar protecciones que empleen pieles vegetales entiendo que cada vez serán más frecuentes y acabarán por llegar a nuestras disciplinas. ¿Alguien se anima a sacar protecciones para artes marciales con cuero de piña (piñatex)?
Cosas que NO debes hacer para limpiar tus protecciones de artes marciales y deportes de combate
Para ahorraros el disgusto de seguir malos consejos, aquí recopilo varios con los que me he topado por internet o he escuchado a lo largo de mis años de entrenamiento. Para ser justo, algunos no son tan malos, simplemente no son la mejor opción:
- Meter tus protecciones en el congelador. Si el frío del ártico no logra acabar con todos los microorganismos, tu congelador tampoco. Lo único que vas a conseguir es que tus protecciones sufran. A esa temperatura la mayoría de las bacterias, hongos y virus se quedan “dormiditos” esperando a que la temperatura vuelva a ser más agradable para volver a despertar. Así que los materiales de tus protecciones van a sufrir mucho más el contraste térmico y la humedad que pueda haber en el congelador que los microorganismos que los habitan.
- Hervirlas ¡Si no mueren por frío que lo hagan con calor! Pues todavía peor idea. ¿Has visto alguna lavadora con ciclos de lavado a 100 ºC? En fin, lo que hay que leer.
- Secarlas al sol. La exposición directa al sol contribuye a la degradación de tus protecciones. No lo hagas.
- Secarlas con secador. De forma similar a lo que ocurre con el sol, el calor procedente de los secadores (de pelo o secadoras de ropa) puede dañar los materiales de los que están hechas las protecciones. Por esta misma razón tampoco es aconsejable secarlos en radiadores ni emplear limpieza con vapor ni ninguna otra fuente directa de calor.
- Ponerlas en salmuera. Osea, meter tus protecciones en un barreño de agua saturada en sal. También he visto aconsejar el uso de vinagre. Otro método que además de no ser demasiado efectivos para la limpieza van a dañar tus protecciones.
- Usar materiales caseros para absorber la humedad. Este tipo de métodos se suelen aconsejar para guantes de boxeo, y guantillas de MMA, debido a lo problemático que resulta lidiar con la humedad. Típicamente se recomienda el empleo de productos absorbentes como arroz, polvos de talco o trocitos de corteza de cedro. No es que sea una mala solución, pero pueden dejar restos y en el caso de los polvos de talco llegar a formar engrudos. Si empleas arroz u otro material similar te recomiendo que lo coloques dentro de una bolsa transpirable o en un calcetín, en lugar de directamente dentro del guante. La alternativa más barata son los periódicos usados, mientras la tinta no sea muy chunga y no se empapen, su uso no tiene porqué resultar problemático.
- Reciclaje de bolsitas de gel de sílice. Estas bolsitas desecantes suelen encontrarse acompañando todo tipo de productos que necesitan huir de la humedad. Definitivamente son un buen desecante, pero no te recomiendo que las uses para tus guantes. Suelen incluir productos tóxicos como el cloruro de cobalto que es mejor mantener alejado de tus manos.
- Productos que solo ocultan los olores en tejidos. Tapar los olores no es higienizar. El olor nos avisa de que algo está pasando, puedes tapar el olor, pero el problema real seguirá avanzando. Tampoco emplees desodorantes corporales.
- Aprovechar las cremas faciales o corporales para hidratar el cuero. No sé si ocurre en otros países, pero en España es recurrente la recomendación de usar la crema del bote azul de Nivea para el cuidado del cuero. Las cremas para cuidar la piel humana viva no están formuladas para cuidar la de tus protecciones. El cuero quedará excesivamente grasiento y con el tiempo y las aplicaciones sucesivas acabará agrietando.
Cómo limpiar tus guantes de boxeo y guantillas de MMA.
Lo que hace especial a los guantes de boxeo y otras disciplinas como muay thai, sanda o kickboxing es que solo tienen agujero de entrada, por lo que el aire circula con mayor dificultad. La zona final del guante donde se sitúa la punta de los dedos resulta especialmente problemática, ya que es una zona donde se puede acumular y quedar atrapado el sudor. Además esta zona sufre bastante tensión mecánica y desgaste, debido a la presión los dedos para mantener cerrado el puño. Es por ello que los guantes de calidad suelen reforzar convenientemente esta zona.
Las guantillas tipo MMA o las que se emplean en sambo no están cerradas por los dedos y suelen dejar también parte de la palma al descubierto lo que las proporciona un mejor flujo de aire. Los menos problemáticos serían los guantes y guantillas totalmente abiertas, como las que se emplean en kárate, light contact y otras modalidades de combate al punto. En cualquier caso, todo lo que he explicado hasta ahora sobre la limpieza y cuidado de protecciones puede aplicarse a los distintos tipos de guantes.
Al comienzo del artículo dejé claro que el cuidado de tus protecciones comienza por tu aseo personal. Lávate las manos antes entrenar y mantén un cuidado adecuado de tus uñas, que además de poder rajar tus guantes son una zona propensa a acumular suciedad.
El elemento fundamental para la protección de guantes y guantillas son las vendas. En lo que a limpieza se refiere, estas tienen la función esencial de recoger el sudor de tus manos e impedir que llegue a tus guantes o guantillas. En entrenamientos largos es normal llevar un par de vendas adicionales para cambiarlas cuando se empapen.
Los guantes deben secarse de la forma menos agresiva posible. Las temperaturas elevadas o el flujo de aire a presión puedan dañar los guantes. Para un mejor secado debes facilitar la entrada de aire, pero sin forzar los tejidos ni elásticos. Puedes usar pinzas de ropa o unos utensilios específicos para secar guantes de boxeo. Recuerda, no cuelgues los guantes exponiéndolos directamente a la luz del sol.
Cómo lavar tus vendas
Si la función de las vendas es “chupar la suciedad” para que no llegue a los guantes, esto implica que las vendas deben lavarse a conciencia. La mayoría de las vendas pueden lavarse en la lavadora si se toman ciertas precauciones:
- Comprueba en la etiqueta de tus vendas las instrucciones de lavado.
- Deja el velcro enganchado.
- Usa una rejilla para lavar la ropa. Si no dispones de rejilla hay un truco que consiste en meter cada venda dentro de un calcetín.
- Para su secado puedes extenderlas empleando una percha. Dependiendo de los materiales algunas pueden ser planchadas, pero debes tener cuidado con el velcro.
Las vendas son un producto muy necesario y bastante económico. Hay modelos de calidad por debajo de los 10 euros y no merece la pena ahorrarse 4 para correr el riesgo con unas de gama baja.
¿Se pueden lavar los guantes de boxeo? ¿Y las protecciones?
Ya se trate de unos guantes de boxeo, un casco o una camiseta, el proceso de lavado erosiona los tejidos. La temperatura del agua, los productos químicos que se añaden para la limpieza y la fricción dentro del tambor de una lavadora aumentarán considerablemente el maltrato.
En algunos casos el lavado acaba siendo conveniente, dado que las ventajas son mucho mayores al desgaste que pudieran sufrir nuestras protecciones. Para evitar daños, nuestras protecciones deben lavarse a mano a baja temperatura y empleando un jabón para tejidos sensibles. Es importante no pasarse con el jabón, enjuagar muy bien y dejar que se sequen totalmente, lo cual puede ser muy complicado para los guantes de boxeo, especialmente en climas húmedos y fríos.
Las espinilleras de tipo calcetín pueden ser lavadas en lavadora, pero permitir no significa que sea lo más adecuado. Siempre que metas una protección en la lavadora emplea una bolsa de lavado para ropa delicada que la proteja de los golpes contra el tambor. Presta atención a la etiqueta de lavado, la composición de los tejidos y sigue las recomendaciones del fabricante.
Existen protecciones que permiten ser desmontadas para lavar algunas de sus piezas por separado. Esto es frecuente en las coquillas y también en los golpeadores de tipo escudo, que permiten extraer el relleno del forro, aunque luego puede ser complicado volverlo a meter.
El cinturón de artes marciales se debe lavar
Existe una especie de leyenda urbana en cuanto a que el cinturón no debe lavarse. Se alega que es una tradición milenaria, que hacerlo trae mala suerte, que borra el conocimiento y que es una falta de respeto.
Yo no he encontrado evidencia alguna de que sea una tradición, más bien una leyenda que empezó a circular hace menos de una centuria. Pero incluso aunque fuera una tradición, no debemos caer en esta falacia ad antiquitatem. Con los conocimientos que tenemos ahora está claro que no lavar el cinturón es una falta de respeto a los compañeros de entrenamiento y lo dice uno que durante muchos años creyó en esta reprochable conducta.
Los cinturones desgastados se portan en ocasiones como señal de haber pasado largos años entrenando. A tal punto ha llegado el fanatismo que algunas marcas ya venden cinturones envejecidos artificialmente. Ya sea un desgaste natural o artificial, esto no equivale a que deban estar sucios. De hecho la lavadora desgasta bastante si es eso lo que buscas.
Este artículo lo escribo durante la pandemia del coronavirus, en lo que parece ser el inicio de un rebrote en España. Todos los gimnasios están temerosos y en zonas como Cataluña parece que los van a cerrar de nuevo. Hoy mismo, martes 21 de julio de 2020 ha habido una manifestación al respecto. Con la que está cayendo debemos demostrar un comportamiento ejemplar para poder continuar con nuestra actividad con toda la seguridad posible.
Conclusión
Las protecciones no están pensadas para durar eternamente, pero si sigues los consejos de cuidado y limpieza de este artículo, podrás prolongar considerablemente su vida útil. La prevención es clave y por eso dos de los aspectos fundamentales que he expuesto son: la propia higiene personal y la revisión contínua del estado de tus protecciones.
Detectar a tiempo problemas habituales como puede ser un forro rajado o un cierre que ha perdido su elasticidad te va a permitir arreglarlos con reparaciones sencillas. No hacerlo puede terminar con tu protección inservible e incluso provocar un accidente durante un entrenamiento. Para la reparación de protecciones yo suelo recurrir a mi zapatero y siempre he tenido buenos resultados.
La humedad es el mayor enemigo de tus protecciones y aun haciendo todo lo que está en tus manos para evitarla, si entrenas a diario y el clima no acompaña, va a resultarte imposible esperar a que tus protecciones, especialmente tus guantes, sequen del todo. En este caso te la puedes jugar con algún sistema de secado que no sea muy agresivo, pero es mucho más recomendable que los dejes descansar tranquilamente y uses otro par. Si es la economía lo que te impide tener otro par de guantes, considera el gasto eléctrico del secador y el tiempo que inviertes. Seguramente no te merezca la pena.
Estas medidas, que realmente suponen muy poco tiempo, no solo protegen tu material de entrenamiento, sino a ti y a los compañeros con los que entrenas. Aunque simplemente sea por respeto hacia ellos, asegúrate de tener tus protecciones en buen estado. Si eres profesor, asegúrate de que todos tus alumnos entrenan correctamente equipados.
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