Si quieres evitar un golpe existen formas mucho más sencillas para defenderte que con un bloqueo. De hecho, el bloqueo no pretende evitar el golpe, su objetivo es buscarlo y cortar su camino impactando en la extremidad que lo lanza.
Una parada, una esquiva o un palmeo pueden ser soluciones más sencillas e igualmente eficaces. Todo depende del contexto en el que nos encontremos y por ello, este gesto técnico no suele verse en deportes de combate.
Un bloqueo es un recurso marcial muy efectivo, pero también muy complicado de ejecutar y su contexto de uso es limitado. El bloqueo tiene un propósito claro para dar respuesta a situaciones concretas, no vale para todo.
Por ello, si quieres aprender a realizar bloqueos útiles deberás seguir un entrenamiento específico y tener muy claro su propósito. Te lo cuento en las siguientes líneas, haciendo énfasis en errores frecuentes que he observado en la ejecución de los bloqueos y en su entrenamiento.
Qué es un bloqueo, entendiendo la complejidad
Existen dos nombres de técnicas en artes marciales a los que muy habitualmente se les da el mismo significado, pero que tienen poco que ver: el bloqueo y la parada. Esto me lo he encontrado todavía con más frecuencia en el ámbito de los deportes de combate. Quizás sea porque los bloqueos, tal como se entienden en las artes marciales tradicionales o los sistemas de defensa personal, no son un recurso técnico común en los deportes de combate.
Una parada busca absorber el golpe del contrario, cubriendo nuestro cuerpo de tal forma que permita frenarlo y dispersar su energía causándonos el menor daño posible. En ocasiones cuando realizamos una parada podemos causar dolor al contrario, recuerda: a la física no le importa quién lanza el golpe; pero no es algo distintivo de esta técnica.
Un bloqueo es un golpe a la extremidad atacante. No busca absorber el ataque del contrario y minimizar daños, lo que pretende es causarlos… al que te lanzó el ataque. Un bloqueo no quiere parar el golpe poniéndose en medio del camino para frenarlo, su objetivo es modificar la trayectoria de ese ataque impactándole de manera brusca.
En la ilustración podemos ver cómo el bloqueo de nuestro personaje (flecha verde) busca el brazo del puñetazo que está lanzando el robot (flecha roja) con la intención de golpearle. Como una fuerza tiene el sentido contrario de la otra, si nuestro bloqueo no desarrolla suficiente fuerza, nos veremos superados y nos impactará. Del mismo modo podemos ver cómo está golpeando al robot en el cuello (flecha azul) con la misma técnica que se usa para lanzar el bloqueo. Si el robot no quiere que su cuello se doble o salga disparado por los aires deberá tener suficiente fuerza como para soportarlo. En resumen: un bloqueo es un golpe.
El bloqueo requerirá recorrido para que al impactar sea efectivo, por lo que precisaremos de espacio y tiempo para acelerarlo. Así, para realizar adecuadamente un bloqueo, nuestra reacción deberá ser considerablemente más rápida que en una parada, puesto que necesitamos un tiempo extra para lanzar nosotros el golpe que pretenda interceptar el ataque del contrario.
Esta interceptación no es trivial. Estamos hablando de impactar un brazo o una pierna en movimiento. No es un área muy grande, habrá que tener puntería y cuando alguien lanza una extremidad para golpear, no lo suele hacer “despacito”. A esto también debemos sumarle que el movimiento que desarrolla esa extremidad a la que debemos acertar va en dirección a nuestro cuerpo, con la firme intención de hacernos daño.
Todos estos factores hacen que ejecutar correctamente un bloqueo sea un asunto extraordinariamente complejo.
Cómo realizar un bloqueo y cuando conviene bloquear
Del apartado anterior debes tener totalmente claro que un bloqueo realmente es un golpe y su ejecución debe realizarse como tal, pero teniendo muy en cuenta las circunstancias que afectan a lo que se quiere golpear.
En el artículo “El hikite, o por qué algunas artes marciales cargan el puño en la cadera”, expliqué los inconvenientes de cargar los golpes y el motivo que tras mi investigación veía más plausible de este gesto técnico en las artes marciales. Si para dar un golpe, iniciando nosotros la acción, cargar el puño tiene múltiples inconvenientes, hacerlo para bloquear un golpe lanzado por nuestro oponente es prácticamente asegurar nuestro fracaso.
El gran problema es que en muchas artes marciales se entrena de este modo:
- Estoy en guardia o en posición de reposo.
- Cargo el bloqueo (movimiento circular hacia atrás).
- Lanzo el bloqueo (movimiento circular hacia delante).
Si analizamos la ejecución tradicional de un bloqueo interior para bloquear un puñetazo directo, tal como se muestra en la siguiente ilustración, podemos ver claramente la imposibilidad de que ese bloqueo se ejecute correctamente en una situación real, amenos que la persona que está bloqueando sea infinitamente más rápida que el atacante.
Para impactarnos el puñetazo directo describe un movimiento recto. Si nosotros queremos realizar un bloqueo de forma tradicional, deberíamos realizar un movimiento circular para cargarlo (descuidando además nuestra guardia) y otro movimiento circular para impactar en el brazo. Lo que estaríamos exigiéndonos sería realizar dos movimientos circulares en el mismo tiempo que el contrario realiza un movimiento rectilíneo, con la desventaja añadida de que es el oponente el que ataca primero y somos nosotros los que debemos reaccionar.
En resumen, nos estaríamos exigiendo un imposible y además sin sentido, ya que como expliqué en el artículo del Hikite, cargar el puño no es una buena idea, ni aún teniendo tiempo para hacerlo. Para realizar un buen bloqueo, tienes que seguir los siguientes puntos:
- Los bloqueos deben salir desde guardia, sin cargar el brazo y sin descubrirse más allá de lo exigible por la propia necesidad de golpear.
- La trayectoria del bloqueo debe ser lo más directa posible hacia el objetivo que pretende impactar.
- Un bloqueo debe perseguir causar dolor, interrumpir drásticamente el ataque y cambiar su trayectoria. Debes lanzarlo con esa intención y teniendo en cuenta la enorme dificultad de realizar una acción de este tipo.
- Aunque el bloqueo impacte y cause dolor, serán muy pocos los casos en los que baste con esto para que el atacante desista en su acción. Por eso, inmediatamente después del bloqueo:
- Si es posible, aprovechando su efecto; continuar la acción de ataque por nuestra parte o iniciar la huida.
- Recuperar la guardia, del mismo modo que se haría con cualquier otro golpe.
- Aplica los principios de cualquier otro golpeo, como puede ser la proyección de la cadera o asentar bien el peso. Insisto, un bloqueo es un golpe a una extremidad que está intentando golpearte. Es una acción de contraataque.
Cómo entrenar los bloqueos
Para entrenar tus bloqueos además de seguir los consejos de ejecución anteriores, debes trabajarlos de forma descontextualizada. Muchas personas trabajan los bloqueos sólo en formas (katas) o con técnicas prefijadas, dónde ya sabe cómo le van a atacar.
Puede ser una forma adecuada para empezar a familiarizarse con la técnica, pero se debe ir mucho más allá. Los bloqueos pueden (y deben) practicarse sin que esté tan claro cuándo o cómo bloquear. Por ejemplo, podemos:
- Descontextualizar parcialmente, entrenando con manoplas donde mientras vamos trabajando golpeos, de vez en cuando el compañero nos ataca y debemos bloquearle. Puede ser siempre el mismo bloqueo (no sabemos cuándo, pero sabemos cómo) o una selección ante distintos ataques (no sabemos cuándo y el cómo es más o menos limitado). Este tipo de entrenamiento es muy típico en deportes de contacto, como boxeo, para trabajar esquivas, de hecho os recomiendo que en vuestra “selección de ataques” incluyáis tanto posibilidades de esquiva como de bloqueo.
- Descontextualizar totalmente, entrenando con manoplas y admitiendo cualquier tipo de ataque en cualquier momento o en trabajo libre de sparring.
Conclusión: ¿Merece la pena bloquear? ¡Pues yo no lo he visto nunca en combates de K1!
Mucha gente tiene la opinión de que «Si ese golpe no lo hacen en el “deporte de combate más popularizado y permisivo que exista en el momento”, entonces no vale para nada.» La realidad es que golpes considerados de artes marciales tradicionales como el de maza, tan frecuentes hoy en día en competiciones de MMA como las de la UFC; hace años se decía que no servían para nada porque no se veían en las competiciones de Kickboxing o Muay Thai. Personalmente llegué a escuchar en varias ocasiones la incorrecta y despectivísima frase de «Así es como golpean las niñas.», refiriéndose al golpe de maza o “hammer fist” en inglés.
Con la llegada de los combates tipo MMA quedó claro que bajo ese reglamento el golpe de maza era un recurso muy efectivo en determinadas circunstancias. Con el bloqueo nos ocurre lo mismo. Si lo lanzas cuándo y cómo debe ser usado, es un valiosísimo recurso. Además, conviene recordar que los bloqueos pueden ser transformados de forma relativamente sencilla en un golpe directo y viceversa. Un ejemplo claro es aplicar un bloqueo exterior como un golpe con el antebrazo, como hemos visto en las ilustraciones anteriores o con un pequeño cambio, transformarlo precisamente en un golpe de maza.
Como indicaba al comienzo del artículo, la opción de bloqueo no siempre va a ser la más recomendable. Decantarte por el bloqueo requiere que lo veas muy claro y que lo hayas entrenado mucho. Si no lo ves claro, hay muchas otras opciones para evitar un ataque. Cierto es que hay ataques más sencillos de bloquear que otros, como puede ser un puñetazo circular de esos que giran unos 180º antes de golpear, un intento de agarre, un empujón o cualquier otro ataque que nuestro adversario marque mucho o lo realice muy lento.
