No dejes que el miedo borre todo tu entrenamiento en defensa personal justo cuando más falta te hace

Recuerdo la primera vez que tuve que usar las artes marciales para defenderme. Sin saber muy bien cómo, tenía a otro chaval con sus dos manos agarrando mi chaqueta y empujándome contra una pared. La ocasión perfecta para defenderse con una técnica “de libro”, pero yo estaba demasiado ocupado con mi desconcierto como para darme cuenta de ello.
Seguir leyendo