Llevar el puño hasta la cadera, como si se hubiera pegado un codazo a alguien que está a tu espalda, es un movimiento muy frecuente en la práctica del kárate, donde recibe el nombre de hikite. Este gesto técnico se encuentra en muchas artes marciales como el taekwondo o el kung fu, recibiendo otros nombres y con características distintivas, como puede ser la altura del tronco a la que se sitúa el puño.

En artes marciales esta colocación del puño puede apreciarse de forma dinámica, por ejemplo, cuando se lanza un puñetazo y se recoge el brazo opuesto; en guardias y en la práctica de posiciones básicas. En este artículo se analiza el gesto técnico tal como se aplica en kárate, pero las conclusiones pueden aplicarse a cualquier otro estilo que emplee un recurso similar.

Cualquier persona que haya practicado artes marciales orientales, en algún momento de su entrenamiento, se habrá colocado en posición de jinete para soltar puñetazos directos:

—¡Uno!— el brazo derecho golpea mientras el izquierdo se carga simultáneamente y con la misma intensidad hacia atrás.

—¡Dos!— el brazo izquierdo golpea y ahora es el derecho el que viaja hacia atrás.

Y así sucesivamente, hasta diez, cien, quinientos o los puñetazos que considere el maestro.

El motivo que he escuchado con más frecuencia sobre porqué se debe cargar el puño hacia atrás, es que el hikite “genera más fuerza”, “más potencia” o “más poder”. Dejando al margen que los profesores de artes marciales no solemos ser demasiado precisos diferenciando magnitudes físicas cómo fuerza, potencia o trabajo, no es cierto que tener el puño situado en la cadera vaya a generar más fuerza cuando sea lanzado.

De hecho, es muy frecuente que se emplee para esta acción la palabra cargar, como quién carga un arma para poder disparar, dando a entender que la fuerza del golpe se consigue gracias a tener colocado el brazo en esa posición. Nada más lejos de la realidad.

El hikite sí nos permite sumar fuerza en nuestros golpes pero no de esta forma. No por el mero hecho de que el puño parta desde la cadera. También nos enseña otros principios muy útiles para la práctica de artes marciales y cuya base es la misma que la que se aplica en MMA, boxeo, thai boxing o cualquier deporte de combate. ¿Sorprendido? Te lo explico todo en las siguientes secciones del artículo.

¿Colocar el puño en la cadera o realizar el hikite sirve para golpear más fuerte?

Para lanzar correctamente un golpe necesitamos que tenga recorrido. Precisamos una distancia que nos permita acelerar la parte de nuestro cuerpo con la que vamos a golpear. Pero el mero hecho de tener más distancia en línea recta desde nuestra extremidad al objetivo, no garantiza que seamos capaces de lograr una mayor aceleración y una mayor velocidad final en el momento del impacto.

La verdadera fuerza del golpe se consigue gracias a un recorrido circular: el que hace la cadera para impulsar nuestra extremidad. En el caso de un puñetazo directo este giro parte del empuje de la pierna de apoyo contra el suelo (fuerza normal). El pie de atrás gira hacia el interior (talona) para favorecer la rotación de la cadera y en el momento del impacto la carga del peso pasa a la pierna delantera. En 2017 los investigadores tailandeses Tong-Iam, Rachanavy y Lawsirirat, publicaron un artículo en inglés titulado Análisis cinemático y cinético al lanzar un puñetazo directo: el papel de la rotación del tronco al lanzar un puñetazo directo cargado, donde realizan un análisis biomecánico muy completo del puñetazo directo. Te recomiendo su lectura si quieres profundizar en este aspecto.

Si analizamos biomecánicamente el puñetazo directo con hikite, podemos darnos cuenta de que lanzar el puño desde la cadera, no solo no garantiza más fuerza, sino que puede llegar a ser contraproducente. Al aumentar la distancia en línea recta el golpe tardará más en llegar y por su trayectoria será más fácil de apreciar y contrarrestar por el oponente. Además, si la velocidad máxima del golpe se alcanza antes de acabar el recorrido, el golpe puede empezar a decelerar y ser menos eficaz, o bien gastar más energía de la necesaria en mantener esa velocidad hasta llegar al oponente.

El otro gran problema de llevar el puño en posición de hikite, está relacionado con nuestra capacidad de defensa. La distancia necesaria para bloquear un golpe del adversario aumenta de igual forma que aumenta la distancia para golpearle. En esta posición se deja una gran parte del cuerpo expuesto y se necesita más distancia y por tanto más tiempo para cubrirse de los ataques del contrario.

La utilidad real del hikite

Si el hikite no aporta nada al ataque y dificulta la defensa, ¿qué sentido tiene? Como indiqué al principio del artículo, el hikite sí puede sumar fuerza y sí tiene utilidad, pero aplicado en el contexto adecuado. Como punto de partida hay que diferenciar entre:

  • Tener el puño pegado al torso esperando para golpear.
  • La acción de llevar el puño hasta la cadera mientras se golpea con el otro.

El sentido original del hikite según ha sido descrito por grandes maestros de kárate es traccionar al oponente para golpearle. Si traccionamos al oponente hacia nosotros y a la vez golpeamos en sentido contrario podemos aumentar los efectos del choque y hacer nuestro golpe más efectivo. La traducción literal de hikite es “mano que tira”.

Otro motivo de la necesidad del hikite se encuentra en la distancia. Imagina que has bloqueado un puñetazo directo mientras retrocedes en línea recta para sacar distancia. Si ahora intentas lanzar un puñetazo directo tu golpe no llegará, al igual que no llega el de tu adversario ¡para eso sacaste distancia! Pero si le agarras el brazo que acabas de bloquear y tiras (hikite) lo acercarás hacia ti y podrás golpearle.

Hay una forma en la que el hikite ayuda a “sumar fuerza” a un puñetazo sin tirar del oponente. Como se aprecia en la siguiente imagen, al extender un brazo para golpear y llevar el otro en sentido contrario favorecemos el giro de la cadera, que como ya vimos es la clave para lanzar un buen golpe.

En cualquier caso, no es necesario cargar con violencia el brazo hacia atrás para desarrollar un buen giro de cadera y por tanto, un buen golpe. El beneficio que se pudiera ganar desde la perspectiva del golpeo al utilizar este método no parece compensar al enfrentarlo a sus desventajas.

Algo similar ocurre con el uso del grito a mandíbula abierta en el kiai. Si bien se ha demostrado científicamente que el grito presenta efectos positivos, el riesgo de recibir un impacto con la boca abierta no compensa. Por eso es mejor practicarlo con la boca bien cerrada.

Principios que enseña el hikite extrapolables a cualquier arte marcial o deporte de combate

Manipular al oponente para golpearle, ya sea para mejorar el impacto o por cuestiones de distancia, es algo común a las artes marciales y deportes de combate. Pero además el hikite contiene una serie de enseñanzas básicas o principios comunes a cualquier deporte de combate o arte marcial, aunque no se apliquen exactamente de la misma forma:

  • Una mano pega, la otra vuelve. Cuando un brazo está golpeando el otro tiene que volver con dos propósitos: recuperar recorrido para volver a golpear y cubrirse. El hikite no deja el brazo en una posición muy efectiva para cubrirse, pero lo de que una mano pega y la otra vuelve lo cumple a rajatabla.
  • Potencia el giro de la cadera y el torso. Como comenté al final de la sección anterior, el movimiento de los brazos del hikite persigue potenciar el giro de cadera. Cualquier arte marcial o deporte de contacto debe favorecer la rotación del torso como pieza básica en la cadena de transmisión de energía.
  • Conservar los brazos pegados al cuerpo. Los brazos no deben separarse del cuerpo: se abren huecos, se pierde movilidad, se impide el refuerzo con el resto del cuerpo, se telegrafía el golpe … ¡créeme, es una pésima idea! El hikite enseña a sacar el golpe y recoger el brazo pegado al cuerpo.

Si prestas atención, seguro que puedes encontrar algún elemento común más (insisto, aunque no se aplique exactamente igual), pero en mi opinión los que acabo de describir son los más claros y relevantes.

Conclusión: el hikite sí es útil, pero llevar la mano pegada a la cadera mientras estás en guardia no lo es

Muchos artistas marciales tienen la mala costumbre de llevar la mano pegada a la cadera “por defecto”. Considero que esto es un error importante, ya que no solo carece de utilidad sino que es contraproducente.

Algunos profesores son conscientes de esto y explican a sus alumnos cuándo se debe hacer hikite y cuándo no ¡pero luego en clase están entrenando la mayor parte del tiempo con la mano pegada a la cadera! Si pasas el 80% de tu entrenamiento con la mano pegada a la cadera, te aseguro que cuando tengas que sacar a relucir tus conocimientos marciales, la mano se te va a ir automáticamente a la cadera.

No solo se debe conocer la utilidad real del hikite, sino ponerla en contexto, dándole su valor y su tiempo de práctica adecuado durante los entrenamientos. Por desgracia, algunas modalidades deportivas de combate al punto están incentivando de forma desmedida este gesto técnico (si no recoges el puño así no puntúas) y contribuyen a que sea completamente mal entendido.