El estreno de Shang-Chi es un evento especial para los amantes del cine marcial y más aún para los que contamos también (y somos bastantes) con una vertiente friki que nos dota de un gusto por todo lo que se refiera a superhéroes.
Es importante porque es la primera película de súper héroes protagonizada en exclusiva por un personaje cuyo “superpoder” es su conocimiento de artes marciales. Y pongo superpoder entrecomillado porque, según el canon de Marvel, Shang-Chi es un humano completamente normal, que gracias a su entrenamiento ha conseguido un increíble dominio de las artes marciales y del uso de su chi.
Efectivamente, en el universo Marvel dan por válido que el chi existe y que cualquier humano con el entrenamiento adecuado puede tener cierto dominio sobre el mismo. En cualquier caso, la característica principal de Shang-Chi ha sido su dominio de las artes marciales y este es el punto fuerte que uno espera ver en esta película. Shang-Chi debería, por tanto, ser la mejor película de Marvel en lo que se refiere a escenas de lucha.
Origen de Shang-Chi relación entre la película y el cómic
Como contamos en el artículo “los mejores artistas marciales de Marvel”, los orígenes de Shang-Chi son bastante particulares. A comienzos de los 70 Marvel quería adaptar al cómic la icónica serie de televisión “Kung Fu”, pero la propietaria de la serie era Warner Bros y les dio un no rotundo. Esa opción quedó cerrada, pero la idea estaba ahí, así que Marvel acabo basando el personaje de Shang-Chi en las novelas del Dr. Fu Manchu de Sax Rohmer, tras adquirir los derechos para el cómic.
El Dr. Fu Manchú era un terrible villano de origen chino con un odio acérrimo a la raza blanca y a todo lo que oliera a civilización occidental. Todo un estereotipo de villano chino que hoy en día sería considerado como extremadamente racista (hacia los chinos, aunque lo cierto es que Fu Manchú era extremadamente racista hacia los blancos), sobre el cual se han basado muchos otros malvados criminales de origen asiático. En las novelas siempre es derrotado por el investigador inglés Sir Denis Nayland Smith y su compañero el doctor Petrie.
La primera novela del Dr. Fu Manchú fue escrita en 1913 y Shang-Chi aparece en 1973 adoptando el papel de hijo del malvado criminal, pero oponiéndose frontalmente a su maldad. Así termina adoptando el papel de superhéroe, súper preocupado por conocer el origen de la tremenda maldad de su padre. Aquí tendríamos una pequeña primera diferencia entre el cómic y la película, diferencia forzada, ya que Marvel hace años que perdió los derechos de Fu Manchú. Así que el padre de Shang-Chi en el universo de cine Marvel guarda una relación especial con El Mandarín … pero El Mandarín del cine tampoco es el mismo del de los cómics.
Este aspecto es un poco lioso, pero lo importante es que en la película lo resuelven de una manera bastante correcta y cómica. También os debéis quedar con la idea de que precisamente fue el miedo inicial a que se acusara a Marvel de fomentar estereotipos racistas, lo que llevó a cambiar los planes originales para El Mandarín de las películas de cine. Es importante, porque uno de los retos de Marvel para la película de Shang-Chi ha sido tener sumo cuidado para que nadie, y especialmente la comunidad chino-americana, se sienta ofendido. Veremos en que grado lo consiguen, porque ya asumo que hay gente deseando ofenderse desde que anunciaron la película.
En cuanto a la estética, el Shang-Chi de la película se parece mucho a la última versión de su personaje en los cómics, solo que añadiéndole ese toque táctico-operativo-fantástico que Marvel está dando al vestuario de todos sus personajes de cine. Debemos tener en cuenta lo de que se parece a la última versión, ya que la apariencia de Shang-Chi ha variado muchísimo. Por ejemplo, en cuanto a vestuario le hemos podido ver con una especie de llamativo kimono rojo, tipo el que usaban los practicantes de kárate de la época, con una especie de chaleco que dejaba todos los brazos al aire o con el pecho totalmente descubierto, entre otros estilos. Lo que sí ha conservado es el uso de los colores rojo y amarillo (o dorado) coincidiendo, no sé si intencionadamente, con los de la bandera China.
Existen otras diferencias respecto al cómic, como la edad y lo que ha estado haciendo durante su temprana juventud el personaje del cine, pero lo cierto es que la esencia del personaje original está muy bien plasmada y se ha respetado bastante. Por otro lado, hay un pequeño cambio que introduce la película pero que resulta muy relevante desde la perspectiva marcial: los anillos. En el cómic original los anillos son para los dedos, los dedos de El Mandarín concretamente. En la película los anillos son del tamaño de una pulsera, como los que se emplean en Kung Fu y que han podido ser vistos por el gran público en películas como Kung Fusion (2004, portados por el actor Chiu Chi-ling) o en Las 36 Cámaras de Shaolin (1978, portadas por Gordon Liu).
A los fanáticos de los cómics no sé qué tal les parecerá esta transformación de los anillos portados por El Mandarín, pero desde la perspectiva marcial, es un punto claramente a favor. Personalmente, mi fanatismo marcial hace que este cambio en los anillos sea un detalle que aprecio y agradezco.
¿Merece la pena ver Shang Chi? ¿Tanto como para verla en el cine?
He de admitir, que yo iba ya predispuesto y con la idea fija: — si no veo artes marciales de las buenas, no le voy a poder poner más de un 5 pelao de nota, es más, puede que me salga del cine — que no paraba de reafirmarse en mi mente. Probablemente fuera un poco excesivo, pero la base de esta web son las artes marciales, así que este es nuestro punto de partida y la óptica con la que analizamos las cosas. A partir de ahí, podemos entrar a analizar las características que afectan a cualquier tipo de película: actuación, guión, fotografía, músicae incluso entrar en el eterno debate sobre cómo de bien ha sido el trasladado de los comics a la gran pantalla.
Los cambios de opinión sobre el estreno simultáneo en cine y Disney+ o el tiempo de espera entre una plataforma y otra me estaban mosqueando bastante. Yo no le encontraba sentido a un estreno simultáneo, pero teniendo en cuenta los estrenos exclusivos en Disney+, de películas que claramente pedían cine, ya me esperaba cualquier cosa. Si la sensación de ver una película en el cine ya es distinta para cualquier género respecto a verla en una pantalla de televisión, en determinadas películas se nota mucho más y en las escenas de lucha yo lo noto bastante.
La decisión terminó siendo que el estreno en Disney+ sería 45 días después. Había una corriente de rumorología, que opinaba que 45 días era poco tiempo, pero que como ya sabían que la película iba a ser un fracaso, Disney no había querido dar más. Pero las buenas críticas de los que pudieron acudir al preestreno (quien sabe, quizás algún día a nosotros nos inviten a estas cosas) me animaron a ir al cine a ver la película el día siguiente.
¿Es Shang-Chi una película de artes marciales?
No soy un crítico experto en cine de artes marciales como nuestro colega Iván Fernández, así que no me atrevo a sentar cátedra sobre lo que debe o no debe estar dentro de un género, por lo que me limitaré a opinar en calidad de artista marcial sobre la relevancia y el cariño que se le ha dado a las artes marciales en esta película. En este aspecto, mi alegría ha sido mayúscula.
De principio a fin, todas las escenas de artes marciales están muy cuidadas y son muy variadas. Es como si la película hiciera un recorrido por los distintos tipos de coreografías de lucha que te puedes encontrar y en algunos casos claramente emulando coreografías míticas de películas del género.
Empieza con una coreografía algo empalagosa para mi gusto, con uso de cables y el clásico enfrentamiento entre un estilo duro con otro, suave donde aparecen ataques fantásticos que involucran el uso del chi. De aquí pasa a una escena en un autobús, con técnicas mucho más pragmáticas y directas. Para no dar pistas sobre el desarrollo de la película, simplemente comentar que también tiene escenas en un edificio sobre andamios a gran altura, batallas campales, combates 1 vs 1 del tipo “hagan sus apuestas” e incluso enfrentamientos contra monstruos. En las escenas se mezcla también el combate con y sin armas, incluyendo tanto armas reales como fantásticas.
Es increíble lo bien que lo han hecho para incluir tantos estilos y que no parezca un batiburrillo mareante, de esos que te dan ganas de vomitar las palomitas. Todo lo contrario, la película te tiene más de dos horas en la butaca que se pasan volando. Para el ojo adiestrado, la película de Shang-Chi está repleta de detalles a otras películas de Marvel, a los comics y a clásicos de las artes marciales. Bueno, realmente ojo y oídos, ya que esto se puede apreciar tanto en los diálogos como en las localizaciones e incluso en la música.
Contestando a la pregunta que me hacía al principio, con total seguridad os puedo decir que merece totalmente la pena verla en el cine. Menos mal que han hecho estreno simultáneo, porque si no me hubieran dado la opción de cine, mi cabreo hubiera sido monumental. Qué le vamos a hacer, mi sistema de televisión casero es modesto. Supongo que si alguien tiene una pantalla gigante en su casa, un buen sistema de sonido y no le afecta la magia de la butaca, lo mismo no nota diferencia.
Los actores realizan un gran papel y es más que notable el buen uso del humor, heredero de las películas de Jackie Chan, pero actualizado a la época actual, con referencias a las redes sociales y a otro tipo de situaciones cotidianas. Un lujazo volver a oír risas en el cine y ver a todo el mundo saliendo contento de la película, tras quedarse hasta el final de los créditos para ver esa escena final a la que nos tiene acostumbrado Marvel y que hace referencia a por dónde van a continuar las cosas. Muy buena escena por cierto y ojalá sigan por ahí.
Shang-Chi ha dado un toque de aire fresco al universo de películas de Marvel y un gran empujón en lo que respecta a las escenas de lucha. Me queda la duda de si piensan darle más protagonismo a Shang-Chi y hacer alguna película más centrada en este personaje o si simplemente ha sido una película para introducirle en el universo. Supongo que esa decisión se tomará en función de la taquilla.
La película será del agrado tanto de los fanáticos de Marvel, como de los que no tienen ni idea de su universo, o que incluso a los que no les guste, pero sean aficionados a las películas de artes marciales. Quizás sea por las ganas que tenía de volver al cine a ver una película de artes marciales que fuera simplemente medio buena y me he emocionado de más, pero Shang-Chi me ha parecido una gran película de acción, de las mejores del universo Marvel y todo un homenaje al cine de artes marciales.
Mi nota es un 9/10 y te recomiendo ampliamente que vayas a verla, yo volveré a hacerlo próximamente.
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